Fragmentos de política: médicos de familia – a qué nos referimos realmente?

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Este ha sido un mes especial para algunos. Desde un punto de vista personal, para mí la gran noticia es que he visto el nacimiento de mi primer nieto, y nuestra amiga y colega la doctora Luisa Pettigrew (miembro histórico del departamento ejecutivo de WONCA Ejecutivo) ha tenido su segundo hijo. Esto me ha hecho reflexionar sobre la palabra y el significado de la familia: "aquellos a quienes estamos unidos por la sangre ( 1 ), en lugar de la fe , la raza , la comunidad o los intereses comunes.”

Pero los médicos de familia son definidos claramente como aquellos que no tratan a su propia familia – en realidad, en el Reino Unido se desaconseja específicamente que sea así, a causa de factores como un exceso de implicación emocional y el hecho de sobrepasar los límites al debatir posibles riesgos personales (2). Así pues, ¿qué significa ese profundo compromiso con la “familia” de nuestro nombre? De noche, últimamente, cuando tras el nacimiento me encontraba sentada en una sala de hospital, pensé:

Testimonio: Vemos la vida de los demás, intentamos ayudar, reconfortar y aconsejar, pero no controlar.

Observar y esperar: Por muy duro que trabajemos, los cambios en la salud y la enfermedad están rodeados de incertidumbre, de esperanza y desesperanza, de vida y de muerte. A diferencia de muchas disciplinas médicas, nosotros reconocemos la inevitabilidad de algunos malos resultados, sabemos que la biología puede jugar malas pasadas y nos esforzamos para evitar la intervención y el heroísmo excesivos. Vemos cambiar los síntomas, vemos curarse las heridas y hacemos uso del tiempo para revelar diagnósticos y tratamientos adecuados.

Cuestionarse – porque en un sistema de salud fuerte, todos los días y todas la noches, a cada paciente, en todos sus altibajos, un médico de familia dice hola y nos trata como si fuéramos de la suya, dándonos una atención de alta calidad constante seamos como seamos, pequeños o grandes, blancos o negros, enfermos o sanos, viejos o jóvenes, altos o bajos, y hay algunos que incluso nos sonríen y nos abrazan, y sentimos al otro como a un aliado en un mundo difícil.

Hacer frente a los traumas y dificultades de abrazar la humanidad es, sin duda, un gran desafío – pocos pueden hacerlo tanto tiempo. También debemos dormir, desconectar, entregarnos y apoyarnos en los demás. Así como los padres necesitan respaldo, reconocimiento y renovación, los médicos de familia también los necesitamos, aunque a veces los obtenemos con el acto de la educación. Y por eso ahora soy nuevamente consciente de que aquí es donde está la grandeza de los profesionales de la salud, especialmente aquellos de la medicina de familia. Nos entregamos a los sucesos vitales y a las transiciones – las vidas se viven a través nuestro, y nos implicamos con las vidas de nuestros pacientes y comunidades. Me emocionó mucho escuchar que cuando Michael me excusó en el encuentro regional africano de Ghana, la gente aplaudió las razones por las que me quedé en casa (“La presidenta electa está enclaustrada esperando la inminente llegada de su nieto”). Así que luchemos para hacer lo mejor por nuestros pacientes – como si se trataran de nosotros mismos.

Amanda Howe

1. source accessed here
2. www.gmc-uk.org/guidance/10247.asp

Traducción: Pere Vilanova, Spanish Society of Family and Community Medicine (semFYC) - Periodismo y comunicación